Cuento colectivo del alumnado de 1ºESO-B del I.E.S. Cantabria.
A continuación, os presento el cuento titulado "Palomiteros", compuesto de manera colectiva por el alumnado de 1ºESO-B del I.E.S. Cantabria, durante el taller de dinamización narrativa que llevamos a cabo el día 28/01/2010. Debo hacer una advertencia: ¡¡Profesores del I.E.S. Cantabria, absténganse de leerlo!!
Palomiteros
Lydia, alumna de 1ºESO-B del I.E.S. Cantabria, paseaba por los alrededores del instituto. Llevaba la música de su MP4 (comprado en los chinos) a todo volumen, y no se dio cuenta de que se había alejado demasiado. De pronto, su MP4 dejó de funcionar bien. Algo pasaba. ¿Interferencias, quizá?
Lydia se quitó los auriculares. Hasta sus oídos llegó el inconfundible Thriller de Michael Jackson. Provenía la canción de una extraña y oscura cueva, hacia la que Lydia se encaminó. Se asomó con cautela y vio que en el interior un grupo de zombies bailaban la famosa canción, con Michael Jackson al frente. ¿Otro grupo de imitadores? ¡No! Los ojos les brillaban en la oscuridad y tenían un aspecto francamente translúcido. ¡Eran auténticos espectros! Lo más curioso es que, junto a ellos, danzaba frenético el mismísimo Canales, jugador estrella del Racing esta temporada.
La muchacha no supo qué hacer. ¿Pediría un autógrafo a Canales? ¿Aprovecharía para robarle un beso? ¿O echaba a correr, aterrorizada por los fantasmas? Optó por esto último, con tan mala fortuna que, en su loca carrera por huir, tropezó con una piedra, cayó y se abrió la cabeza.
Canales, desde el interior de la cueva, se percató de lo ocurrido y salió con intención de ayudar. Sin embargo, su conciencia estaba dividida entre el madridismo y el barcelonismo, y eso afectaba a todos sus actos cotidianos. Por un lado, la Conciencia Madridista pensó en darle a esa cabeza que yacía en el suelo (la de Lydia) un buen patadón al estilo galáctico; la Conciencia Barcelonista, en cambio, prefería jugar con ella al tiqui-taca, como en el equipo azulgrana.
En ese momento, algo inesperado ocurrió. Del cráneo roto de Lydia empezó a escapar una sustancia verde y viscosa. Las dos conciencias de Canales reconocieron en ella a la mutante profesora "R" (vamos a dejarlo así, para no herir susceptibilidades) y, se asustaron tanto, que decidieron pactar una tregua. Canales ficharía por el Madrid, pero jugaría como los del Barça; decidido esto, el jugador y sus conciencias se fueron cual alma que lleva el diablo en dirección al I.E.S. Cantabria. En la puerta del centro, tropezaron con la profesora "M", a la que dijeron:
-¡"M"! ¡Tienes a "R" a huevo!
"M", quien, por lo que se ve, no se llevaba demasiado bien con "R", tomó un hacha en sus manos y se encaminó hasta la mutante "R", cuya sustancia gelatinosa y verde, que ya no estaba protegida por el cuerpo de la humana estudiante, hacía lo posible por ponerse en pie. "M" descargó un formidable hachazo que cercenó el viscoso cuello de "R", el cual rodó hasta los pies de Canales y sus conciencias. ¡Mira qué balón verde tan bonito!, pensó Canales. ¡Psé! Jugaré un rato con él, ¡total, aún me queda otra temporada en el Racing! Y se marchó pegando pataditas de tiqui-taca a la cabeza de "R".
"M" estaba exultante, ¡qué hachazo tan bueno! Pero el espíritu de "R" se unió a los fantasmas de Michael Jackson, que aún bailaban en la cueva. Entre ellos, encontró a los espectros de Rasca y Pica, los famosos personajes de los Simpson, fallecidos en no sé qué capítulo de la serie. "R" les convenció para que hicieran a "M" objeto de sus travesuras. Así pues, Rasca y Pica, con mucho salero, se abalanzaron sobre "M", le arrancaron los ojos y le sorbieron el cerebro por la nariz. "M" pasó a engrosar las filas de los difuntos bailadores del Thriller.
El ejército de fantasmas, con "M" y "R" a la cabeza, decidió atacar el I.E.S. Cantabria. Por fortuna, Lydia (se os olvidó revivirla, y eso que la pobrecilla se pasó toda la sesión pidiendo auxilio, así que aprovecho y lo hago ahora), que aún estaba en el suelo con el craneo un tanto abierto, libre ya de la maligna posesión de "R", reparó la brecha con un poco de celo y loctite, y corrió al instituto, para avisar a sus compañeros.
Trazaron un rápido plan. Utilizaron sus MP4 de los chinos, que lograron convertir en mini-transformers (apretando dos veces el botón de "reset"), para combatir a los fantasmas. Los pequeños transformers lanzaron su aliento helado sobre los espectros, que quedaron congelados. Los estudiantes aprovecharon para atraparlos y meterlos, a trocitos, en el microondas. Para su sorpresa, los fragmentos de fantasma congelados se abrieron, cocinados y convertidos en sabrosas palomitas.
El plan había sido un éxito, y los alumnos de 1ºESO-B del IES Cantabria se miraron con malignidad. Todos pensaron lo mismo: ¡atrapemos al profesor "S", mandémosle al otro mundo y, una vez sea un fantasma, lo convertiremos en palomitas de maíz! Así lo hicieron, aunque le cogieron gusto y pronto no quedó en el instituto ni un solo profesor. Los alumnos, como podéis suponer, se hartaron de comer palomitas...
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