martes, 29 de diciembre de 2015

Una novela que toca el alma

Reseña de EL MUNDO INMENSO en La Jungla de las Letras, por Adoración Negre Pujol: "Es una novela que toca el alma, de esas que tardas mucho en olvidar, si es que alguna vez lo consigues".
A priori podría creerse que “El mundo inmenso” es otra historia más que cuenta la epopeya de una mujer en un mundo machista y en una época retrógrada y violenta. Pero no. “El mundo inmenso” es mucho más que eso, es una novela que nos muestra lo insignificante que somos y el potencial que guardamos dentro de nosotros. En el libro encontraremos amor, traición, religión, frustración, política, magia, sangre, mentiras… Es un libro que sorprende por la gran contundencia de su mensaje, y por la capacidad de su autora al condensarlo todo en tan pocas páginas.
“El mundo inmenso” cuenta la historia de Seljuk, una joven princesa otomana que decide huir de su casa para librarse de ser casada con el marido que el rey, su padre, ha elegido para ella. Se embarca, disfrazada de hombre, en un barco que le llevará, atravesando el Mediterráneo y el Mar de la Oscuridad, a la Cola del Dragón, la América precolombina, lugar según nos cuenta la autora, había sido descubierta por otros pueblos antes que por los españoles. De allí volverán a partir con destino a China, lugar al que llegarán tras una alucinante travesía de un año, viaje repleto de emociones y peligros.
El relato está narrado en forma de misiva, es una epístola que Seljuk manda a su hermano, el rey otomano Murad II, en la que ella justifica su partida y narra tanto sus aventuras como las razones que le motivaron para escaparse…
“El mundo inmenso” es una novela en la que no puedes evitar sumergirte en ella, te atrapa, te hipnotiza. Es una novela que toca el alma, de esas que tardas mucho en olvidar, si es que alguna vez lo consigues. Es más que una novela de aventuras, es una novela de iniciación, de amor, de sentimientos.
Aura Tazón (Santander, 1976) ha escrito una novela inteligente, divertida, y muy sobresaliente.
Adoración Negre Pujol

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Fallece Fatema Mernissi, gran pensadora y luchadora del feminismo

Ayer me desperté con la noticia de la muerte de Fatema Mernissi, una de las grandes intelectuales y luchadoras por la igualdad. Sus obras influyeron notablemente en mi novela El mundo inmenso, sobre todo en la configuración de Seljuk, la protagonista. Me habría gustado hacerle llegar un ejemplar, e incluso le envié un email a su agente, pero ha sido tarde.
En esa misiva le comentaba que, cuando empecé a trabajar con Seljuk, pensé que la mayor parte de los lectores occidentales sin duda pensarían que era un personaje inverosímil. ¿La razón? Que Seljuk es una mujer fuerte, ha recibido una excelente educación y piensa que vive en una prisión de oro. Para la idea general del lector occidental, esto era imposible en la Europa medieval, así que mucho menos en el mundo islámico.
De hecho, muchos lectores (hombres y mujeres) me han preguntado sobre esta cuestión, y suelo utilizar para responder referencias sobre los libros de Fatema Mernissi. El harén en Occidente o Las sultanas olvidadas suelen estar muy presentes en mis charlas y en los encuentros con lectores. También llevo en mi bolso, para estos eventos, El diwan de las poetisas de Al-Andalus de Teresa Garulo, una monografía sobre las poetas andalusíes de los siglos IX a XIII que sorprende.
La lectura de la obra de Fatema Mernissi, en especial de El harén en Occidente (me encanta el título en inglés, Sherezade Goes West) supuso para mí una auténtica bofetada que cambió mi perspectiva respecto a muchas ideas preconcebidas.
Con un estilo narrativo ágil, fluido, ameno, su crítica acerada de la situación de la mujer no se ciñe al mundo islámico, sino también al cristiano-occidental. En El harén en Occidente hace un análisis del sustrato ideológico, social y cultural de las desigualdades entre hombre y mujer.
Las barreras infranqueables para la mujer en el mundo islámico son físicas, es un control del espacio de la mujer, su expulsión de la esfera pública; ¿la causa?, que consideran a la mujer como peligrosa para el poder establecido. En un principio el islam proclama la igualdad, de modo que la discriminación en razón del sexo no tiene su origen en el Corán, sino en la "Shari'a", es decir, la ley inspirada en el Corán. Según dice esta estudiosa, "incluso los reaccionarios más extremistas nunca afirman que las mujeres son inferiores", y los velos, los muros y la exclusión de la mujer se basan en que "en el Islam, como sistema legal y cultural, se considera que el poder femenino es un elemento imposible de controlar". Las mujeres perciben su situación como injusta, y la aceptan o se rebelan en mayor o menor medida en función de sus posibilidades económicas, culturales y religiosas.
En la cultura del mundo cristiano occidental, en cambio, el punto de partida de las desigualdades es la consideración de la mujer como inferior, "sexo débil", consideración tan imbricada en la sociedad que las propias mujeres la comparten, aunque siempre en mayor o menor medida, en función también de sus circunstancias y evolución. Esta consideración de la "debilidad femenina" ha llevado a Occidente a imponer un "chador invisible": la imagen idealizada de lo que "debe ser" una mujer, extendida a todos los rincones de nuestra psique personal y social por la publicidad y la moda. 
Dice Mernissi que "a diferencia del hombre musulmán, que establece su dominación por medio del uso del espacio (excluyendo a la mujer de la arena pública), el occidental manipula el tiempo y la luz. Este último afirma que una mujer es bella sólo cuando aparenta tener catorce años. Al dar el máximo de importancia a esa imagen de niña y fijarla en la iconografía como ideal de belleza, condena a la invisibilidad a la mujer madura. (...) El occidental congela con focos e imágenes publicitarias la belleza femenina en forma de niñez idealizada y obliga a las mujeres a percibir la edad, es decir, el paso natural de los años, como una devaluación vergonzante. (...) Al ensalzar sólo a la mujer prepubescente, el hombre occidental impone otra clase de velo a las mujeres de mi edad, nos tapa bien con el chador de la fealdad. (...) Debido a que las industrias de la cosmética y de la moda no son más que la punta del iceberg, da la sensación de que la predisposición de las mujeres a asumir los dictados impuestos por aquellas es una actitud que no les exige esfuerzo alguno, como si fuera natural. (...) El estar constantemente recordándole a una mujer en un espacio público su apariencia física [a través de la publicidad omnipresente] la desestabiliza emocionalmente, debido a que la reduce a mero objeto de exposición."
Son sólo extractos. Recomiendo el libro completo, que además es muy entretenido, porque Fatema Mernissi es una gran narradora (podéis también enfrascaros en el delicioso libro Sueños en el umbral)
Transcribo por último los dos párrafos finales de El harén en Occidente, libro que toma como punto de partida, precisamente, un viaje a Europa que hizo la autora, y en el que quiso entrar a un comercio a comprar una falda, porque la que llevaba era de lana y hacía demasiado calor. No la consiguió, porque las delgadísimas dependientas le indicaron que no había ropa para mujeres de su talla. "¿Y qué es eso de la talla"?, se preguntó Fatema.
"-¡Gracias, Alá, por ahorrarme la tiranía del harén de la talla treinta y ocho! -murmuraba sin cesar, en mi asiento del vuelo entre París y Casablanca. Estaba deseando llegar a casa-. Menos mal que el profesor Benkiki no sabe nada de tallas. Y, menos aún, de la talla treinta y ocho. ¡Qué espanto si a los fundamentalistas les diera por imponer no sólo el velo, sino también la talla treinta y ocho!
¿Es posible organizar una manifestación política creíble y salir a las calles a protestar y gritar que se nos han pisoteado los derechos humanos porque no es posible encontrar la falda que una busca?"

"Una aventura narrada con magnífico pulso literario"

El escritor y crítico Miguel Baquero reseña El mundo inmenso en la revista literaria digital La tormenta en un vaso. 
Miguel Baquero es un autor a quien merece la pena leer. Algunos de sus libros, como Vida de Martín Pijo y Diez cuentos mal contados, los podéis encontrar en ACVF editorial.
Que un escritor como Baquero diga de tu obra que es "una aventura narrada con magnífico pulso literario" es todo un orgullo.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

Reseña en "El placer de la lectura" por Fuensanta Niñirola

El 2 de noviembre la revista digital "El placer de la lectura" publicó una reseña de mi novela El mundo inmenso, firmada por la crítica Fuensanta Niñirola.
Y es así, entre lo legendario y lo real, es por donde la novela navega, y cual Simbad en un mundo maravilloso y fantástico, creando un viaje que no fue pero podría haber sido...

martes, 27 de octubre de 2015

Reportaje de Rosa Ruiz en el Diario Montañés

Estupendo reportaje sobre "El mundo inmenso" en el Diario Montañés de ayer. Encantada también con las fotos de Celedonio para ese medio.


viernes, 16 de octubre de 2015

Reseña de "El mundo inmenso" en El Cultural

El Cultural del periódico El Mundo publica hoy una reseña de mi novela:
Un logrado alarde de inventiva que hay que celebrar sobre las modas del mercado. (Jesús Nieto Jurado).
Podéis ver la edición digital del artículo pinchando en este enlace.

jueves, 1 de octubre de 2015

La odisea de Seljuk en La Nueva España, por Tino Pertierra

El 1 de octubre salía este artículo sobre El mundo inmenso en el periódico asturiano La Nueva España. Firma Tino Pertierra.

sábado, 26 de septiembre de 2015

"El mundo inmenso" en el blog de Antonio Martínez Asensio, en Antena 3

No sé si 'El mundo inmenso' es una novela de aventuras, si es una novela histórica o una novela iniciática, pero lo de que estoy seguro es que es una gran novela, llena de emoción y de sentido, magníficamente escrita. Aura Tazón tiene una voz peculiar y personal. Una novela que no puedes dejar de leer.
Así encabeza su crítica de mi novela Antonio Martínez Asensio, en su blog Tiempo de silencio, uno de los blogs de la web de Antena 3 TV. La reseña completa pinchando en este enlace.

martes, 8 de septiembre de 2015

domingo, 6 de septiembre de 2015

"El mundo inmenso" según mi rockero favorito

Felipe Bulnes no es famoso, ni falta que le hace para ser un buen vocalista de rock. Es el cantante y letrista principal de "La Fiebre", una banda cuyo disco suena desde hace años en mi coche, vuelta y vuelta. Rock contundente, con letras ricas y cuidadas. Lo más probable es que no hayas oído hablar de ellos, pero te recomiendo que los escuches y que, si puedes, te acerques a uno de sus conciertos. Felipe Bulnes es, además, un gran lector, sibarita en el gusto, escogido con los títulos y autores (lo sé bien, pues fui durante un tiempo su librera de confianza). Hoy he tenido el honor de merecer una extensa crítica de lectura de "El mundo inmenso", y la comparto ahora con vosotros.

Muy buenas, Aura. Me ha encantado “El mundo inmenso”. Lo he disfrutado como se disfrutan los buenos libros, es decir, sin darme cuenta de la hora, deseando saber qué pasa a continuación y con la pena de que no fuera un poco más largo. La novela histórica (aceptando la convención de que existe la novela histórica, porque al final no es más que novela con un trasfondo) es un género bastante peligroso. A mí, por ejemplo, me atrae mucho la antigua Roma, sobre todo lo que tiene que ver con la dinastía Julio-Claudia. Así que he disfrutado como un gorrino la obra de Robert Graves, porque no son novelas sobre Roma, que también, sino sobre el poder, la codicia, el valor, el orgullo, el deseo… Y me he aburrido mortalmente (de hecho acabé leyendo en diagonal) con Santiago Posteguillo, un auténtico ladrillo plagado de erudición, eso sí, pero indigerible. Porque ése es uno de los peligros: que el autor haya llevado a cabo una ingente labor de documentación (lógico) y que quiera demostrarlo (qué miedo). Para que diez páginas sobre el sistema de alcantarillado o casi sesenta sobre el desarrollo táctico de la batalla de Zama (ahí casi me muero) atrapen al lector, hay que tener una gracia especial. O mejor aún, ser consciente de que hay que podar.

Y ésa es una de las grandes virtudes de “El mundo inmenso”: la labor de documentación y el conocimiento sobre un momento y un lugar están ahí, pero no molestan, fluyen dentro de la novela sin dar el cante. Eso me ha parecido un enorme acierto. Vale que yo no soy un especialista en el siglo XV en Turquía o en China, y que si hay algún anacronismo me lo voy a comer con patatas y tan contento, pero el caso es que la trama histórica no chirría, no hace agua en ningún momento. Y no tratas de educar al lector (o no conscientemente), las explicaciones, cuando son necesarias, están perfectamente integradas. Si hay algo que me molesta especialmente son esas conversaciones en las que dos personajes mantienen un diálogo de besugos para dar cuenta de un detalle histórico que a lo mejor se le puede escapar al lector. Imagina que alguien escribe en el futuro una novela ambientada a principios del siglo XXI en Madrid:

- ¿Te apetece una caña?
- ¿Una caña?
- Sí, en la mayoría de los bares existen unos artilugios con forma de grifo mediante los cuales se sirve cerveza refrigerada a través de un serpentín. Es muy placentera, sobre todo cuando hace calor.

Llegados a este punto, si el autor quiere dar rienda suelta a su erudición (y ya de perdidos al río), es posible que incluso haga que uno de los personajes (que, ojo, se supone que viven en Madrid y son contemporáneos de la época de la novela) pregunte “¿y qué es la cerveza?”. Ahí no queda más remedio que estampar el libro contra la pared y salir a tomar algo. Bueno, pues eso no pasa en “El mundo inmenso”, no tratas al lector como si fuera idiota. Me encanta.

En cuanto al argumento, si alguien me hubiera hablado de un libro que trata de una princesa turca que viaja a América antes que Colón y acaba establecida en China, hubiera pensado: qué huevos. Pero si algo destila “El mundo inmenso” es verosimilitud. Me da igual lo que me cuentes, hago ese pacto con el autor, estoy dispuesto a tragarme cualquier giro argumental, como si quieres sacar fantasmas o a Batman, pero, por favor, que sea verosímil, que no se vean las costuras. Y eso “El mundo inmenso” lo consigue de sobra, algo dificilísimo, teniendo en cuenta el argumento. Sobresaliente.

Otra cuestión fundamental: te atienes a la mentalidad colectiva de una época (insisto, no soy un especialista, pero creo que es así). Me molesta profundamente cuando se plasman maneras de pensar modernas en un contexto de otra época, casi siempre en aras de la corrección política. Vamos a ver: un hidalgo español del siglo XVII no se da una vuelta por Toledo diciéndole a sus amigos: “He aquí a mi hijo Hernán. Es homosexual, pero no me importa, lo quiero por cómo es, no por su orientación sexual”. Esto sólo puede funcionar en un guión de José Luis Cuerda. Vale, estoy exagerando, pero en ocasiones te encuentras cosas parecidas.

Sobre el estilo no puedo pronunciarme, nunca lo he tenido claro, eso casi mejor se lo dejo a tu padre, sólo sé lo que me gusta y lo que no, y el tuyo me gusta mucho. Lo único que puedo decir es que tu escritura fluye, no se me ha hecho pesada en ningún momento, cuentas de forma precisa (y muy bonita, musical) lo que quieres decir.

Y, finalmente, algo que no se puede olvidar: es una magnífica novela de aventuras. Sí, de aventuras, con tormentas en el mar, con abordajes piratas, con peleas a espada, con amores, traiciones… Un libro que también recomendaría sin dudar a un chico de catorce años.

En fin, no te doy más la paliza. Enhorabuena, Aura, me parece una obra redonda. Espero con ganas tu próximo libro.

Un beso.

domingo, 9 de agosto de 2015

miércoles, 29 de julio de 2015

A punto de salir mi nueva novela

El mundo inmenso es el título de mi nueva novela, que saldrá a la luz el 1 de septiembre, de la mano de la editorial balear Sloper. Como siempre, las publicaciones de Sloper son elegantes, con buen papel y buena tipografía. Me encanta cómo ha quedado el libro. En septiembre lo tendréis en las librerías. De momento, aquí os dejo el comienzo de la novela:

Seljuk es el nombre que me dio mi padre, Ayman me llamaron cuando hube de pasar por varón y en la casa de mi esposo, en China, soy conocida como Chew-Lian, apelativo que combina la fuerza de una montaña con la elegancia del sauce. Por cualquiera de estos nombres respondo y vestidacon todos he recorrido el Orbe, he navegado hacia Poniente hasta encontrar las montañas donde anida el Ave Roc, he remontado ríos gigantescos a través de selvas interminables. 
Soy tu hermana -o lo fui una vez antes de que me condenarais a la invisibilidad- y escapé de nuestro palacio, tu palacio, el de Murad II, rey de los otomanos, más temido que amado, más obedecido que respetado. Huí de ti y del destino que me imponías para seguir un camino inusitado, en pos del ocaso, más allá de las Columnas de Hércules, más allá del Mar Tenebroso, más allá de la Cola del Dragón, esa tierra ignota que, te asguro porque la he recorrido, es más vasta que todos los reinos del Islam juntos.