Hay operas primas que sorprenden por su frescura y bien hacer; es decir, escribir. Este es el caso del primer libro de una autora con residencia cántabra (Santander, 1976) y vocaciones múltiples: música, literatura, abogacía... su hijo Martín. A él y por él ha sido escrito Los gamopelúsidas, una pequeña novela de aventuras en un país-isla de queso a la que llega un niño humano en su bicicleta. Los gamopelusines le detienen para luego liberarlo pues es "El Elegido" por una profecía para salvar el reino del ataque de los calandracos, ratas devoradoras con ansias imperiales. Los episodios de luchas internas y batallas a cielo abierto se suceden, todo contado con humor y estilo gourmet, no en vano estamos hablando de un país lleno de variedades de queso.
Martín, el protagonista, recuerda a un Gulliver modernizado, dominador de soluciones inesperadas para unos habitantes zoomorfos, atrevido e inquieto, un niño con ganas de jugar y ver el mundo que le rodea. Sus aventuras son deudoras de Tolkien y C.S. Lewis, creadores de mundos mágicos y extraños seres que los pueblan. La isla y reino de Gamopelusia tiene magia y mucho humor, seres entrañables -Ursúlica, la osa del tercer ojo, por ejemplo- y un final catastrófico pero feliz.
Una obra que se lee con gusto, disfrutando de la imaginación de una autora que no sólo se inventa todo un territorio sino que lo llena de gracia y pasión lectora. Sus lectores sabrán acompañar a Martín en su cadena continua de descubrimientos y sorpresas; y si les gusta el queso, mejor, para comprender por qué una aldea se llama Picona o un volcán Mamá Fromage.
Para jóvenes lectores a los que les gusten los derivados lácteos y la acción sin fin, en una edad indicada por la editorial entre los 8 y los 11 años, que sabrán entender unas ilustraciones cercanas al mundo del cómic. Bienvenida Aura, ya es para bien y esperamos más bienes. (J.F.R.)
Martín, el protagonista, recuerda a un Gulliver modernizado, dominador de soluciones inesperadas para unos habitantes zoomorfos, atrevido e inquieto, un niño con ganas de jugar y ver el mundo que le rodea. Sus aventuras son deudoras de Tolkien y C.S. Lewis, creadores de mundos mágicos y extraños seres que los pueblan. La isla y reino de Gamopelusia tiene magia y mucho humor, seres entrañables -Ursúlica, la osa del tercer ojo, por ejemplo- y un final catastrófico pero feliz.
Una obra que se lee con gusto, disfrutando de la imaginación de una autora que no sólo se inventa todo un territorio sino que lo llena de gracia y pasión lectora. Sus lectores sabrán acompañar a Martín en su cadena continua de descubrimientos y sorpresas; y si les gusta el queso, mejor, para comprender por qué una aldea se llama Picona o un volcán Mamá Fromage.
Para jóvenes lectores a los que les gusten los derivados lácteos y la acción sin fin, en una edad indicada por la editorial entre los 8 y los 11 años, que sabrán entender unas ilustraciones cercanas al mundo del cómic. Bienvenida Aura, ya es para bien y esperamos más bienes. (J.F.R.)
Revista Peonza, núm. 90 (octubre 2009), pág. 79
3 comentarios:
Pues las erupciones del Mama Fromage deben de ser una nimiedad comparado con los pedos de los calandracos, vamos, que después de comer tanto queso deben de dar un cante que no veas.
Como los calandracos descubran también el mismo uso que le dio Martín con su bicicleta, a lo mejor salen volando y hasta tenemos segunda parte de la saga y todo.
Aura, y para cuándo una novela para adultos?
Novelas para adultos? Escritas tengo varias, mas el peregrinaje en busca de editor es largo y sufrido. Mientras tanto, ¡seguimos en la brecha!
Y, sí, habrá segunda parte de Los gamopelúsidas. Se titulará "Los senderos de Bharat", y dará mucho trabajo a los protagonistas...
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