lunes, 29 de junio de 2009

¿QUÉ ES LA LITERATURA?

Taller de creación literaria en el Colegio Público "Arenas"

¿Qué es hacer Literatura? La chavalería de infantil y primaria del Colegio "Arenas", de Escobedo de Camargo (Cantabria), ya lo tiene claro. El pasado 28 de mayo descubrieron que, con imaginación, se puede crear cualquier cosa, por descabellada que parezca.



Así, los peques transformaron la canción del elefante (ese que se balanceaba sobre la tela de una araña) en una auténtica aventura por la selva, con gorilas, jirafas, serpientes e incluso cocodrilos, y una hormiguita gamberra que se encargó de romper la telaraña. Después, me ayudaron a encontrar las sonajas de la pandereta, que se fabricaban con los destellos de las luciérnagas doradas que habitan el país de las moscas. Moscas, por cierto, terroríficas pues, según ellos, tenían ocho ojos, nueve alas y seis bocas, y eran enormes, igual que el caracol de carreras del caparazón multicolor que me llevó en su lomo...


Los de primaria, por su parte, reinventaron el cuento de caperucita roja, que ahora se llama Caperucita Feroz y es hija de un alienígena y nieta de una vampiresa desdentada que vive en un solitario castillo de Transilvania. Caperucita Feroz, devoradora de niños y poseedora de afiladísimos dientes, le lleva a su abuelita vampiresa, en una cestita, tres bolsas de sangre que sacó del hospital comarcal.

En el accidentado camino, Caperucita Feroz se topa con una momia a la que desenrolla, viaja con su padre hasta Plutón, porque se había dejado allí las llaves del castillo; se encuentran con los amigos de su padre, unos zombies mutantes alienígenas vestidos de payaso que, al verse atacados por unos meros siderales de pavorosas mandíbulas, se montan en tropel en la pequeña nave espacial de Caperucita Feroz. La nave revienta y todos son devorados excepto nuestra protagonista, a la que rescatan los alumnos de primaria del Colegio Arenas de Escobedo de Camargo, que llegan en un autobús volador conducido por la directora, Eva.

Caperucita Feroz se monta en el autobús, mas cuida de esconder sus afilados dientes y se guarda las tres bolsas de sangre bajo la caperuza, justo encima de la cabeza. El autobús regresa a la Tierra mas, cuando está a punto de entrar en la atmósfera, un meteorito se estrella contra la parte trasera y provoca un incendio que no hay forma de apagar. Por fortuna, los asientos tienen revestimiento ignífugo, así que los niños los arrancan y los colocan a modo de barrera contra el fuego.

El autobús choca contra la Tierra provocando una enorme polvareda que oculta el sol. Los dinosaurios se extinguen y los alumnos del Colegio Arenas salen como pueden del enorme cráter. En el fondo, sólo ha quedado Caperucita Feroz, que no puede moverse, porque está cabeza abajo, con los dientes clavados en el suelo. Mientras se esfuerza por desclavar sus dientes, los niños se ríen ("¡Mira, se le ve el culo, ja, ja, ja...!"). Sin embargo, una niña se da cuenta de que Caperucita Feroz tiene muy malas intenciones y grita para avisar a sus compañeros. ¡Demasiado tarde! Caperucita Feroz se la zampa y, después, devora uno tras otro, de un bocado y sin masticar, a todos los alumnos de primaria del Colegio Arenas.

Por fortuna, no se dan por vencidos y, dentro de la barriga de Caperucita Feroz, que se ha inflado como un globo de tanto comer, empiezan a hacerle cosquillas por todas partes. De la risa, a Caperucita Feroz le entran ganas de hacer de vientre y expulsa a los alumnos por... ¡Bueno, ya sabéis por dónde! El hueco que dejan en la panza de Caperucita Feroz, se llena de aire. Ahora sí que Caperucita es un auténtico globo, así que una de las rapazas saca un alfiler y la pincha.

Caperucita Feroz sale volando y, tras muchas vueltas y revueltas, cae de cabeza sobre el pararrayos de la más alta torre del castillo de su abuelita, la vampiresa. Por fortuna, las tres bolsas de sangre que escondía bajo la caperuza han amortiguado el golpe, aunque el rojo líquido se ha derramado. Ya no queda ni gota para la abuelita. "Pero, ¡niña! ¿Qué ha pasado con mi merienda?", pregunta la abuelita. Enfadada, se come a Caperucita Feroz, y colorín, colorado, este cuento se ha acabado...

Chicas, chicos... ¿Me he olvidado algo?





1 comentario:

Anónimo dijo...

Una experiencia estupenda, seguro que repetimos. Gracias desde el claustro de profes